martes, 13 de febrero de 2007

Artículo para entrar en tema

LA “GUERRAS DE LAS GALAXIAS” REGRESA:
HUMANISTAS, CATOLICOS Y MUSULMANES CONTRA NUEVAS BASES NORTEAMERICANAS EN EUROPA DEL ESTE


Creíamos que el viejo sueño de Reagan del escudo estelar era solo un triste recuerdo de la historia ya superado, y en cambio es un proyecto más actual que nunca.

Desde el 2002 EE.UU. ha entrado en contacto con los gobiernos de Hungría, República Checa y Polonia para la realización de nuevas bases militares de acuerdo al proyecto “National Missile Defense”.

Los acuerdos se han llevado a cabo en secreto, y solamente en agosto de 2006, gracias a la iniciativa “Ne zakladnam” – no a las bases – promovida por el movimiento humanista checo la noticia se hizo de dominio público.

Las elecciones políticas se habían llevado a cabo pocos meses antes, con el resultado que ODS, el partido con mayoría relativa, podía formar una coalición de derecha, junto a la democracia cristiana y los verdes, con justo 100 diputados contra los 100 de la izquierda.

Esto llevó a una situación de parálisis política que se resolvió solamente en enero del 2007, gracias a dos diputados socialistas que, en el mejor estilo del transformismo italiano, se pasaron hacia la derecha.

Al diía siguiente de la formación del gobierno, el premier M. Topolanek declaró, bajo evidentes presiones de los norteamericanos y entre numerosos problemas de política interna por resolver, la realización del escudo estelar en República Checa.

La iniciativa “Ne zakladnam”, ya muy activa en los meses precedentes, se expresó inmediatamente improvisando una manifestación con alrededor de 3000 personas: “queremos el referendum” era el slogan más gritado. Los jóvenes y no tan jóvenes marcharon hasta la embajada de EE.UU. donde simbólicamente entregaron al embajador un paraguas con los colores de la paz: “Tenemos paraguas, ¡No necesitamos su paraguas estelar!”

Frente a la sede del gobierno, en cambio, el slogan fué: “o nas bez nas”, se decide sobre nosotros sin nosotros, refiriéndose al periodo comunista y tal vez a la conferencia de Mónaco donde Europa decidió permitir a Hitler conquistar Checoeslovaquia.

El humanista Jan Tamas, portavoz de la iniciativa, explica: “no hemos escuchado hasta ahora ningún motivo razonable sobre el por qué de la instalación de las bases, todo se ha hecho al mejor estilo de los régimenes dictatoriales, de espaldas a la gente”.

En una situación internacional en la que se ve la reanudación de la carrera armamentista nuclear, donde está vigente la lucha al “terrorismo”, donde hay inestabilidad política en el medio oriente y sobre todo donde se oyen las declaraciones sobre la posibilidad de utilizar la bomba nuclear, el instalar estas bases en el Este es echar leña al fuego y aumentar las tensiones.

Putin ya ha declarado que realizar este proyecto es como un acto de guerra y que seguramente los rusos construirán nuevas armas para penetrar el escudo americano.

La pregunta es: más allá de las declaraciones oficiales, ¿A qué apunta verdaderamente la política norteamericana?

¡Porque no podemos creer que todo esto sea para contrarestar la supuesta bomba nuclear de Irán o, como ellos dicen en Praga, “para proteger a Europa”!

Al contrario, parece que EE.UU. adopta la vieja pero siempre efectiva estrategia del “divide y vencerás”: entra en contacto singularmente con cada estado, no hace públicos los acuerdos, promete negocios de miles de millones de dólares, y Europa queda en silencio, dividida e impotente.

Cada país lleva adelante su política en manera no coordinada con los otros y Europa corre el riesgo de crecer como un monstruo esquizofrénico.

Es claro que la situación internacional es grave y que la política norteamericana empeora las cosas.

Tanto Kissinger como Gorvachov se han manifestado hace pocos días con mucha claridad sobre la necesidad de tomar seriamente el tema nuclear y respetar el Tratado de No Proliferación (TNP).

Según Giorgio Schultz Europa debería tener una política independiente de la norteamericana, definirse a favor de un desarme nuclear proporcional con la supervisión de la ONU y convertirse en un modelo de cultura no violenta para el resto del mundo.

Solo así se puede evitar una catástrofe nuclear.

Mientras tanto continúan las protestas de Ne zakladnam incluso en los pequeños pueblos donde se quiere construir el radar para el Escudo Estelar.

Jan Tamas asegura que en Europa se sentirá hablar de la iniciativa porque al final, no obstante las mentiras, la violencia, la manipulación y las injusticias, triunfará la luz de la razón y un nuevo humanismo se abrirá paso en el corazón de la gente.


Praga, 6 de Febrero del 2007

Gerardo Femini

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